En un artículo anterior sobre pintores destacados del siglo XIX ya os hablábamos un poco sobre el gran artista sevillano Gonzalo Bilbao Martínez, pero queremos centrarnos en su vida y obra, que no deja indiferente a nadie, con este nuevo post.
Nacido en 1860 en Sevilla, mostró interés desde temprana edad por el área de la pintura y la creatividad, y consiguió que sus obras, sobre todo las de carácter costumbrista, estuvieran entre las más aclamadas de las pinturas del siglo XIX.
Estudió derecho obligado por su padre, pero su vocación por el arte provocó que solo se dedicara a la pintura. Dominó varios estilos: costumbrismo, modernismo, impresionismo, etc. Y de todos supo aprender algo para acabar teniendo un estilo muy personal y característico.
Gonzalo Bilbao, siempre tuvo buena relación con el museo de Bellas Artes de Sevilla, ya que nació y creció en una calle muy próxima. Además, fue un académico consiliario y presidente de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y del Patronato del Museo desde el año 1925.
Murió en Madrid en el año 1938, y su esposa María Roy cedió algunas de sus obras para que todo el mundo pudiese disfrutar del arte de su esposo.
La obra de Gonzalo Bilbao en tres etapas
En las pinturas de Gonzalo Bilbao se puede observar una evolución dividida en tres etapas principales o fases. La primera es considerada la época de formación: El pintor recibe consejos técnicos de dos grandes pintores: José Jiménez Aranda y José Villegas. Y la mayoría de sus obras son de tipo costumbrista y reflejan la sociedad en aquel momento.
La segunda etapa en su obra es denominada como ‘luz y color’. Las vivencias obtenidas durante sus viajes por diferentes ciudades del mundo hacen que conozca distintos estilos de pintura, y Gonzalo Bilbao empieza a aplicar en sus piezas técnicas para mejorar el color y la intensidad de la luz.
En la tercera etapa y última, llamada Cigarreras, el pintor ya ha alcanzado la plenitud artística y aplica toda la experiencia obtenida y las técnicas aprendidas de los diferentes estilos de una forma unificada y personal.
Durante esta fase realiza sus cuadros más conocidos, Las Cigarreras y el retrato del rey Alfonso XIII. Aunque también pintó retratos de personas importantes del siglo XIX, como por ejemplo Fray Diego de Valencia.